lunes, 3 de febrero de 2014

VINTAGE DE LA COMPANYÍA MAG EDGARD

Estaba esperando que llegara el domingo por la tarde para poder junto con unos amigos de toda la vida y su preciosa hija, ver un espectáculo como pocos hay en Barcelona actualmente.

Llegamos justo a la hora de recoger las entradas que habíamos reservado, cuando en el bar vi a un chico de color merendando en la intimidad. Era SOULE , uno de los protagonistas de la obra, nos miramos con cierto aire de complicidad y me acerque a el diciendole: "Me encanta como trabajas...". Entre sorprendido y alegre, me contesto sin saber quien era yo..."Muchas gracias...". A lo cual yo respondí a la camarera de aspecto asiático: " No le cobres...".

Volvió a quedar sorprendido de tanta generosidad inédita y desconocida y continuo leyendo el periódico como si nada hubiera pasado, pero al poco rato huyó como alma que lleva el diablo hacia el interior del teatro. Quiero pensar que no le asusté, no era mi intención.

Una vez dentro del teatro empezó a seducirnos la música ambiente de los que antaño hubieran podido escuchar muy bien en su juventud, nuestros propios padres y un aire de nostalgia me envolvió el intelecto y la emoción.

No daré detalles de la obra para los que todavía no la hayais visto, pero os aconsejo que no os la perdais. Un espectáculo para público familiar, en la que EDGARD y SOULE  como protagonistas se ven envueltos en diversas situaciones de comedia. Un duelo entre magos de diferentes estilos y una ambientación adecuadamente enmarcada en los años 20-40.

Otros personajes, en total cuatro contando a los protagonistas se desenvuelven en la escena hasta conseguir introducir la magia en la mente de los espectadores y no contentandose con esto nos sumergen en otra época que probablemente a muchos nos hubiera gustado experimentar y vivir.

Por unos momentos llegue a pensar que el TEATRE AQUITANIA  era un tunel del tiempo el cual te lleva al mas puro estado ficcional de tu propio intelecto utilizando como hilo conductor la magia de gran formato, como los grandes espectáculos de aquella época que a nuestros padres e incluso abuelos les tocó vivir y gozar.

Atentamente,

F. Amílcar Riega i Bello.